A él no lo manijéa nadie excepto el Golden Boy
Charito empieza a dudar sobre su eficacia,
Falucho Laciar que a duras penas enhebra una frase
pega abajo
desentendiéndose de los códigos que tienen los del mismo gremio
Una, dos, tres manos a pleno
son suficiente para darlos
vuelta como una media
“el crédito del pegador”
El arbitro se apura a pararla
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